El club de los poetas osados. Por Luis Negro Marco. Aparecido en la revista “Siete de Aragón”.

Benedicto Lorenzo tiene el exclusivo privilegio de haber participado, desde 1940 hasta bien entrados los 80, en la mayoría de los actos culturales celebrados en Zaragoza. Uno de los notables del Niké, dotó a la Oficina Poética de su verdadero ámbito internacional y mantuvo siempre una gran amistad con Miguel Labordeta.

El poeta Benedicto Lorenzo (Blancas, Teruel, 1920) es conocido en el ámbito literario como Benedicto L. De Blancas, siendo éste un pseudónimo que eligió por varios motivos. El primero de ellos se debe a que cuando realizó sus primeras publicaciones, a principios de los años 50, la dictadura franquista controlaba férreamente a través de la censura todo tipo de manifestación contraria al sistema. Con el fin de evitar que posibles antipatías hacia sus escritos salpicaran a su familia, especialmente a sus cuatro hijos, utilizó el apellido de Blancas. Un pseudónimo escogido como homenaje a su pueblo natal y a su mujer, que también se llama Blanca. De todos los miembros del Niké, fue Benedicto Lorenzo (Blancas, como se le conocía en el círculo poético) en quien más llegó a confiar Miguel Labordeta. El poeta recuerda al respecto que, si bien fue en el 58 cuando se incorporó a la tertulia del Niké, a Miguel Labordeta lo conoció ya en el 48, a través del amigo común Emilio Lalinde. Al finalizar las tertulias (bien pasadas las dos de la madrugada) Miguel insistía siempre en acompañarle hasta su casa de General Sueiro, pero a llegar, y siendo tan de madrugada, a Benedicto le daba pena que Miguel se marchará sólo, y lo volvía a acompañar otro rato hasta su domicilio, en la plaza de San Cayetano. Eran momentos en que, por la gran confianza personal, los comentarios literarios quedaban a un lado, y el mayor de los Labordeta hacía partícipe a su amigo de sus preocupaciones personales, demandándole, en ocasiones, consejos que éste le ofrecía con corazón de amigo.

Orígenes del Niké.

La tertulia del Niké comenzó a fundarse antes de 1954, si bien tomó forma y fuerza entre esta fecha y 1988. Iniciada por Miguel Labordeta y Emilio Lalinde, más tarde se incorporaron a ella muchos creadores de nuestra tierra, como Guillermo Gúdel, quien posteriormente llevó a Raimundo Salas, Julio Antonio Gómez, y Ciordia; después se incorporaron varios universitarios (entonces) como José Antonio Labordeta, Rosendo Tello, Emilio Gastón, Emilio Alfaro y José Antonio Rey del Corral. A continuación, y también de la mano de Guillermo Gúdel, llegarían el propio Benedicto Lorenzo de Blancas, Luesma y Luciano Gracia. Junto a este nutrido grupo había otros miembros, algunos de ellos ex alumnos del colegio de Santo Tomás (propiedad de la familia Labordeta) como Santiago Marraco, que luego llegó a alcanzar la presidencia del Gobierno de Aragón en 1983. Los no poetas que frecuentaron la tertulia del Niké fueron el profesor Anguiano -quien después marchó a ejercer la docencia a Egipto-, así como Joaquín Mateo Blanco -anterior gerente de la Biblioteca de Aragón- y los pintores Orús y Santamaría. Otro de los ilustres que frecuentó las tertulias del Niké fue Manuel Pinillos, quien llegó a liderar el grupo junto a Miguel Labordeta, ejerciendo ambos como “capitanes” del grupo. Este círculo cultural pronto adoptó el nombre de Niké, y el posterior de “OPI-Niké” (Oficina Poética Internacional) fue puesto, en tono de humor, por algunos de los miembros más jóvenes, como Emilio Alfaro, Emilio Gastón, José Antonio Labordeta, y Julio Antonio Gómez. Pero, en realidad, la tertulia era la del grupo de poetas del Niké. Las reuniones serán semanales y se celebraban en el bar del mismo nombre, en la calle de las Armas, dando comienzo a las diez de la noche, y prolongándose hasta las dos de la madrugada. Los asiduos estaban muy comprometidos con la vida cultural de la ciudad, y al amparo del sabor del café y el humor de los cigarros, emborronaban servilletas de papel, que pasaban, de improviso, a convertirse en subversivos proyectos culturales para agitar las conciencias adormecidas. Una de estas actividades fue promovida por el propio Benedicto Lorenzo, y consistió en la programación de un total de 14 recitales poéticos en la Universidad de Zaragoza -en su facultad de Filosofía y Letras-, que fueron auspiciados por el profesor Ynduráin, entonces catedrático de Literatura en dicha facultad. Sin embargo no se dio más que el primer recital. Las tensiones que se generaron durante la celebración de éste, por uno de los poemas dirigido contra el arzobispo de la catedral aragonesa, Rigoberto Doménech, fueron el detonante para que el profesor Ynduráin retirara su apoyo ante el temor de que pudiera llamarle la atención el gobernador civil de la ciudad.

 

Autor de libros infantiles.

A su faceta de poeta, Benedicto Lorenzo une la de docente, la cual ejerció durante un año en el colegio Escuelas Pías de la capital aragonesa. Por aquel entonces, los escolapios tenía en mente la edición, para su provincia de Aragón, de un libro de lectura infantil, uno de los primeros en España que iba a tener ilustraciones en color. Los textos los realizó Benedicto Lorenzo, y los dibujos Ángel Lalinde de (hermano de Emilio Lalinde) quien hacía para el Heraldo de Aragón los dibujos de las portadas en los especiales del Pilar. Como anécdota, diremos que quien figuró de autor en este libro fue el escolapio Pedro Díez (entonces parvulista del colegio “Escuelas Pías” de Zaragoza, y actualmente en proceso de beatificación), cuando en realidad todos los textos eran enviados a este sacerdote desde Calamocha por Benedicto Lorenzo, que entonces trabajaba en la capital del Jiloca como jefe de la oficina del Instituto Nacional de Previsión.

 

La estrella Daisy Aldan.

Durante la década de los 60, las vacaciones de verano siempre fueron aprovechadas por la familia Lorenzo-Lizalde para ir en busca de ese mar ausente en Aragón. Fue así como en agosto de 1961, mientras paseaba junto a su mujer por la playa de Tarragona, cuando Benedicto Lorenzo conoció a la poetisa Daisy Aldan, profesora de literatura en la Universidad de Nueva York y directora editorial en “la gran manzana”; Aldan en enseguida se mostró muy interesada por la original iniciativa literaria que se estaba gestando en Zaragoza. A partir de entonces, y con su decidido apoyo, la tertulia del Niké adquirió realmente la dimensión de Oficina Poética Internacional, ya que la editora propuso a sus miembros que escribiesen algunos textos con el objeto de elaborar una antología de poesía española que sería publicada en Norteamérica, en edición bilingüe. El libro recibió un premio en manuscrito, y con algunos de sus poemas Daisy Aldan impartió, junto a otros poetas y poetisas residentes en los Estados Unidos, varios recitales en las ciudades de Los Ángeles, San Francisco y Nueva York. Entre estas poetisas que leyeron a los del Niké por tierras norteamericanas, se encontraba Anaís Nin, hija de Andréu Nin (dirigente del POUM que fue asesinado durante la guerra civil por órdenes directas de Stalin), quien llegó a ser una gran escritora, y vivió durante algunos años una relación sentimental con otro de los grandes de la literatura mundial, Henry Miller.

 

Como colofón a este artículo, destacaremos que Benedicto Lorenzo es por derecho propio uno de los grandes -y por desgracia algo olvidado- de la poesía aragonesa; su capacidad literaria, acorde a su honestidad personal, merecen la divulgación inmediata de su obra en beneficio de las actuales y futuras generaciones de aragoneses, y por ello aguardamos impacientes a la publicación de sus próximos libros. Y es que es sólo el conocimiento del camino que otros recorrieron, nos mostrará el que aún nos queda a nosotros por andar.

XILOCA 26. Págs. 119-138. 2000. I.S.S.N: 0214-1175

BENEDICTO LORENZO DE BLANCAS, POETA TUROLENSE DEL "NIKÉ".

Luis Negro Marco. (Historiador y periodista).

Resumen. Benedicto Lorenzo de Blancas es uno de los poetas contemporáneos más importantes de Aragón. Turolense, nació en 1920, en la localidad de Blancas, situada en la margen izquierda del río Jiloca, en la comarca de Calamocha. Su amor hacia la poesía, (concebida por el como un arte caracterizado por la cercanía y el compromiso social) hizo de blancas una pieza clave e indiscutible del "grupo de poetas del Niké", un núcleo de intelectuales aragoneses que bajo el liderazgo de Miguel Labordeta, desafiando la censura y la represión franquista es, fue el germen durante la década de los 60, de las inquietudes culturales que en la actualidad están dando como fruto esta edad de oro de la que gozan las letras aragonesas. Además de Benedicto Lorenzo de blancas y Miguel Labordeta, del "Niké" formaron parte de personalidades tan destacadas del panorama cultural aragonés como: Luciano gracia, Guillermo Gúdel, José Antonio Labordeta, José Antonio Rey del Corral, Emilio Gastón, Julio Antonio Gómez, Luesma y Rosendo Tello.

Con la firme voluntad de impulsar la identidad aragonesa, pero a la vez con una fuerte vocación de expansión y conocimiento de la realidad exterior, el "Niké" pronto adquirió proyección internacional, precisamente de la mano del poeta de Blancas, Benedicto Lorenzo, quien, a través de su amistad con la escritora estadounidense Daisy Aldan, impulsó en el seno del "Niké", la OPI (Oficina Poética Internacional), teniendo como corresponsal en Nueva York a dicha escritora, quien ejerciendo fielmente con su cometido, promovió a finales de los 60, un ciclo de conferencias en Los Ángeles, San Francisco y Nueva York sobre poetas hispanos, con especial referencia a los aragoneses del círculo del "Niké".

Por su compromiso con la literatura y la cultura aragonesa en general, la figura poética intelectual de Benedicto Lorenzo de Blancas, se convierten de este modo en una de las más importantes de Aragón, y en destacada del panorama nacional, a pesar de que, de manera incomprensible, el reconocimiento a su labor no haya sido ni mucho menos, el que por méritos propios ha merecido tanto en su tierra como fuera de ella.

Abstract.- Benedicto Lorenzo de Blancas is one of the most important contemporary poets of Aragon. He was born in 1920 in the locality of Blancas, in Teruel, next to Calamocha, on the left Jiloca´s river-bank. His commitment with the poetry (conceived by him as an art that is characterized by the nearness and the social commitment) made Blancas became a key and unquestionable piece of the "Group of Poets of Niké", a nucleus of Aragonese intellectuals that under the Miguel Labordeta´s leadership, defying the francoist censure and repression, was, during the decade of the 60´s a germ of the cultural anxieties which at the present time are giving as a fruit that golden age which the Aragonese letters now enjoy. Besides Benedicto Lorenzo de Blancas and Miguel Labordeta, personalities such as: Luciano Gracia, Guillermo Gúdel, José Antonio Labordeta, José Antonio Rey del Corral, Emilio Gastón, Julio Antonio Gómez, Luesma and Rosendo Tello, who stood out in the Aragonese cultural panorama, formed a part of the "Niké".

With the firm will of promoting the Aragonese identity, but at the same time with a strong vocation for the spreading and knowledge of the external reality, the "Niké", quickly acquired an international projection, precisely from the hand of the poet of Blancas village, Benedicto Lorenzo, who through his friendship with the American writer Daisy Aldan, promoted in the bosom of the "Niké", the OPI (International Poetical Office), having as a correspondent in New York that writer, who, performing her task faithfully, promoted the realization of a cycle of lectures in Los Angeles, San Francisco and New York, about Spanish poets, with a special reference to the Aragoneses of the circle of "Niké".

Because of his commitment with the Aragonese literature and culture in general, the poetical and intellectual figure of Benedicto Lorenzo de Blancas, becomes in this way one of the most important ones in Aragon, and an outstanding person in the national panorama in spite of the fact that, in an incompressible way, the recognition of his work has not been, far from it, the one that, because of his own merits, he has deserved both in his country and out of it.

Primeros pasos.

Natural de Blancas, localidad lindante con Odón, Bello, Torralba de los Sisones, Caminreal, Torrijo del Campo, Monreal del Campo y Pozuel del Campo, la primera actividad profesional de Benedicto Lorenzo de Blancas, fue la de maestro, la que comenzó en 1941 impartiendo clases en las escuelas de Valdeconejos, pueblo turolense de la cuenca minera de Utrillas, junto a la sierra de San Just. Más tarde pasó a dar clases en el colegio principal de las Escuelas Pías en Aragón, el colegio de Santo Tomás, situado en la actual calle Conde de Aranda (antigua calle del General Franco) de la capital del Ebro.

Posteriormente, en 1945,1 vez hubo aprobados las composiciones para el entonces llamado Instituto Nacional de Previsión, fue destinado a Teruel con el nombramiento de jefe de la agencia comarcal de dicho instituto en Calamocha. Una vez allí, a petición del sacerdote escolapio, Pedro Díez (actualmente en proceso de beatificación) Benedicto Lorenzo es requerido para elaborar los textos de un libro de lectura infantil, con ilustraciones en color -uno de los primeros de este tipo que se elaboraba en España- y que las Escuelas Pías tenían intención de editar, con destino a sus alumnos de primeras letras. El libro en cuestión fue editado finalmente con los textos creados por Benedicto Lorenzo de Blancas, pero, incomprensiblemente, los escolapios no hicieron mención alguna a esta indiscutible autoría en la edición y, por si ello fuera poco, el autor no recibió de los escolapios más que un único ejemplar de su obra. Las ilustraciones, al estilo de la época y de impecable trazo, fuera obra de Ángel Lalinde, hermano del poeta Emilio Lalinde, a su vez, como el propio Benedicto, integrante del grupo de poetas del "Niké".

Estando en Calamocha, Benedicto Lorenzo de Blancas es nombrado corresponsal comarcal y literario del diario "Lucha" (actual Diario de Teruel) entrando de este modo en contacto con el poeta Manuel Pinillos, entonces funcionario en dicha capital, y director de la página de "Letras" de Lucha. Es el tiempo en que, seguramente, Pinillos empieza a templar su pluma poética.

Gran conocedor de la obra de Pinillos, Benedicto Lorenzo de blancas es sin lugar a dudas la persona que posee la mayor parte de su producción poética, publicada en esos iniciales pasos. De Teruel, Manuel Pinillos fue destinado a Gerona y allí cumplió su horizonte. Creo la revista ámbito y, a través de ella, entró en contacto con las conocidas figuras de las letras españolas. En el primer número de la revista, se publicaban poemas de: Carmen Conde, Blas de Otero, José Luis Hidalgo, el propio Pinillos, Eugenio Frutos, Jacinto Gómez Gorgé, Mercedes Chamorro, Tina Mercader, Bartolomé Llorens, Manuel Gómez Ortega y Vicente Ramos, aparte de traducciones del inglés y del catalán de Lloyd, Mallan, y Vicente J. Foix; un cuento de M. García de Ifach, un trabajo de Enrique Azcoaga, una encuesta de Ventura Doreste y una sección: "A cada cual lo suyo", de Joaquín Zúñiga. Cuando Blancas volvió a encontrar a inicios en el "Niké", esté ya se encontraba instalado en el plano de la poesía española con una serie de libros publicados: A la puerta del hombre (1948), Sentado sobre el suelo y Demasiados ángeles (1951), Tierra de nadie, De hombre a hombre (1952), La muerte o la vida (1955) y El octavo día (1958).

Traslado a Zaragoza.

Benedicto Lorenzo de Blancas fue destinado a Zaragoza en 1947. A pesar de que le habían ofrecido pasar de la jefatura de la oficina del I. N. P. en Calamocha a la de Alcañiz, había preferido el traslado a Zaragoza con vistas a la futura orientación de sus hijos. Sin embargo, el poeta prosiguió sus contactos con Teruel, y en 1948 volvería a sus tierras turolenses cuando en ese año ganó el primer premio y "La Flor Natural" en el certamen de los Amantes de Teruel, siendo el primer poeta turolense que obtenía tal galardón. Blancas volvió a Teruel ese año, y al siguiente, como miembro del jurado que presidía Ildefonso Manuel Gil, y que completaban Guillermo Gúdel y Miguel Luesma, los cuales fallaban el concurso "Josefina Villanueva", promovido por la asociación cultural "Dos Portales", de Rubielos de Mora.

A pesar de su destino en Zaragoza, fiel a su procedencia turolense, Benedicto Lorenzo de Blancas siempre ha sentido un gran amor por el pueblo que le vio nacer, por sus paisajes y sus gentes, y por la virgen de la Carrasca, cuya imagen, según la tradición, fue encontrada por un pastor allá por mediados del siglo XII, en un monte próximo poblado de encinas, en cuyo lugar los habitantes de "Hoyos Blancos", como entonces se llamaba la actual Blancas, decidieron erigir una ermita en honor de la Virgen. En septiembre de 1955, coincidiendo con el 50º aniversario de la Coronación de la Virgen del Pilar, la imagen de la Virgen de la Carrasca fue trasladada a Zaragoza, realizando con tal motivo la localidad de Blancas un libro en el que figura una poesía de nuestro poeta, la cual dedica a la patrona de su pueblo, en la que expresa los bellos recuerdos de infancia: ¡Ay! cómo os recuerdo / tiempos infantiles / que todo era rosa, / todo luz y vida. Qué bello era todo / y cuánto daría / por volver a sentir como entonces / mi pueblo sentía.

La forja de un poeta.

A veces, el paso de un maestro por su pueblo, marcaba un hito en la historia del mismo. "El maestro que había en mi pueblo –comenta Blancas- durante mi infancia, fue uno de esos personajes excepcionales. Además de elevar el nivel de la formación escolar a su más alta dignidad, y de orientar a algunos chicos que despuntaban a que saliesen del pueblo para hacer estudios de Secundaria (la mayor parte a colegios de órdenes religiosas, que culminaron en sacerdotes, religiosos o profesores de instituto) formó en Blancas un cuadro teatral que llegó a representar obras de teatro clásico español, como El alcalde de Zalamea, La vida es sueño, o Don Juan Tenorio". Sigue recordando Blancas que, cuando él tenía siete años, pusieron en escena la famosa obra de Zorrilla, y que fueron precisamente sus padres quienes interpretaban a Don Juan y a Doña Inés, siendo así como su oído comenzó a familiarizarse con el verso.

Cuando, años más tarde el hermano de Benedicto, Laureano, sacerdote Escorpio, cayó enfermo y murió de tuberculosis, éste le había enseñado dos libros de poemas que tenía terminados, así como un drama histórico: Don Fernando, comenzado. "Mi hermano –comenta Blancas- había tenido de profesor al padre José Beltrán, un gran poeta turolense, nacido precisamente en Olalla". A su vez, Benedicto había tenido un profesor turolense, don Pedro Piquer, que más tarde llegó a canónigo de la catedral. Con todos estos antecedentes, no es nada extraño que nuestro poeta viera publicado su primer poema a los quince años.

En el "Niké".

Su vida como poeta prosiguió cuando en los años 40, Benedicto Lorenzo de Blancas tuvo la suerte de conocer a creadores como: Guillermo Gúdel, Emilio Lalinde, o el anteriormente citado Manuel Pinillos, e iniciar una actividad literaria, ya ininterrumpida, sostenida especialmente en la "Agrupación Artística Aragonesa", para después, ya al final de la década de los 50, integrarse en el "Grupo de Poetas del Niké", llegando a ser de los más asiduos en el habitual panorama de la actividad cultural zaragozana, siendo especialmente intensa su presencia en la década de los 60.

El "grupo de poetas del Niké", recibió este nombre de la tertulia de poetas aragoneses que, mediados los años 50, comenzó a gestarse en el bar "Niké" ubicado en la zaragozana calle del "Requeté Aragonés" (actual calle "Cinco de Marzo"), la cual, al calor de las mesas redondas de mármol, las tazas de café y el olor a tabaco de pipa, fue en un principio impulsada por Miguel Labordeta y Emilio Lalinde. En este grupo poético, a Benedicto Lorenzo sus compañeros le conocían con el nombre de "Blancas", a pesar de que éste, no es su segundo apellido (en realidad es Fernández) sino un pseudónimo que el autor eligió por dos motivos: el primero de ellos rendir homenaje a su localidad natal (Blancas) y a su mujer que se llama también Blanca. La segunda de las razones para adoptar un pseudónimo fue que cuando nuestro poeta comenzó a escribir, a principios de los 50, la dictadura franquista controlaba todas las publicaciones a través de la censura, de manera que con el fin de evitar que posibles roces con el órgano censor repercutieran en su familia (especialmente en sus hijos) adoptó el nombre de Benedicto Lorenzo de Blancas, con el que se le conoce y se le ha conocido siempre en el panorama literario.

En el año 1963, entre los finalistas del prestigioso premio "Guipúzcoa", había cuatro poetas de los pertenecientes al "grupo del Niké": Guillermo Gúdel, el propio Benedicto Lorenzo de Blancas, Raimundo Salas y Rosendo Tello. Durante los años 1966, 1967 y 1968, mantuvieron ciclos enteros de lectura de poesía en la "Asociación de Artistas de Aragón", bajo la denominación de "Poetas de Zaragoza, poetas de hoy y poetas de siempre", por los que pasaron no sólo todos los poetas del grupo del Niké, sino otros que entonces tenían presencia en la ciudad, como: Mercedes Chamorro, Ángel Guinda, Fernando Villacampa, Carlos Lorenzo1 (hijo de Benedicto Lorenzo de Blancas)1 , Mariano Anós o Ignacio Prat, así como los de la "Generación del 27" y todos los poetas importantes que entonces iluminaron el panorama español, como los del grupo "Espadaña", opuesto al grupo "Gracilazo" –éste de ideología derechista-, los Victoriano Cremer, Gabriel Celaya, Blas de Otero, José Hierro, sin que faltará nuestro Ildefonso Manuel Gil, y tantos más.

En el año 70, Luesma y Benedicto de Blancas, bajo la dirección del profesor Ynduráin, prepararon otro ciclo para la universidad, en el que iban a impartir sus lecturas, en sucesivas sucesiones, todos los del Grupo del Niké. Sin embargo, no se dio más que la primera sesión (en la que estuvieron Miguel Labordeta, Luciano Gracia y Julio Antonio Gómez) ya que algunos sonetos de Julio Antonio parecieron demasiado duros, y se suspendió el ciclo. No obstante la facultad de Letras de la Universidad de Zaragoza, aún volvería ser escenario de otro ciclo poético, en el curso 1974-75, bajo el lema de "Homenaje a los poetas aragoneses", en el que se mencionaban a los siguientes: Miguel Labordeta, Benedicto Lorenzo de Blancas, Ciordia, Ferreró, Emilio Gastón, Ildefonso Manuel Gil, Julio Antonio Gómez, Gúdel, De la Hoya, José Antonio Labordeta, Luesma, Ana María Navales, Pinillos y Rosendo Tello.

Como testimonio de los recitales que los poetas universitarios aragoneses dedicaron a los poetas mayores referidos, queda hoy en día un libro titulado Poesía universitaria, en el que ha quedado impresa la voz poética de aquellos universitarios, entre ellos: Ramón Acín, Adolfo Alonso, Luis Bazán, Francisco Fernández Romeo, Ángel Guinda, el propio Benedicto Lorenzo de Blancas, Carlos Lorenzo, Bonifacio Martínez Escurín, Héctor Martínez, Francisco Ortega, Mª Pilar Pallarés, Jesús Rubio y Joaquín Sánchez Vallés. Algunos de los integrantes de aquel libro han llegado a ser importantes figuras en el campo de la literatura: unos como poetas (caso de Ángel Guinda y Sánchez Vallés), otros en la novela, la crítica o el teatro, como Ramón Acín, Francisco Ortega y Jesús Rubio; alguno en el del pensamiento o el ensayo, como es el caso de Carlos Lorenzo, quien a su vez también ha trascendido episódicamente en el panorama de la poesía, ya que fue galardonado en el "Premio Nacional Universitario", y fue accésit en el "Felipe Bernardos", que fue concedido a José Antonio Labordeta, incluido en la llamada Antología secuestrada (en realidad iba a llamarse La Generación de Poetas Aragoneses del 65) poemario impreso en 1967, que iba prorrogado por Miguel Labordeta, y en el que se integraban los poetas: Mariano Anós, Adolfo Burriel, Aurora Egido, Jorge Juan Eiroa, Carmelo García Comeras, Carlos Lorenzo, Juan Mª Marín, Socorro Molina, Enrique Pellejer, Mª Pilar Pérez Galve, Mª Pilar Rey del Corral, Ignacio Prat, Fernando Villacampa y José Antonio Maenza2. La aparición de este poemario, se impidió seguramente por una poesía de Villacampa ("Poema para coros"), que no gustó al gobernador civil. Así fue como, impreso en los talleres que poseía Luciano Gracia en la calle de Casta Álvarez (barrio del casco viejo de la capital zaragozana), las galeradas de este poemario no pudieron materializarse en libro publicado. Tan sólo dos ejemplares pudieron salir clandestinamente de talleres. Uno llegó a manos del catedrático de Literatura de la Universidad de Zaragoza, el profesor Ynduráin, y el otro, a través de Luciano Gracia, llegó a José Antonio Rey del Corral, quien a su vez hizo una copia para Benedicto Lorenzo de Blancas, que aún la conserva como un documento excepcional.

A la caza del comunista.

A ella se acercaban frecuentemente los jóvenes universitarios, fascinados por la atracción que causaba en ellos el trabajo de los creadores que, semanalmente, se daban allí cita. Como quiera que esto sucedía en plena dictadura y censura, las autoridades, un tanto desconcertadas por estas "sospechosas reuniones", solían enviar al "Niké" una pareja de policías que "alargaban sus oídos" desde una mesa cercana a los tertulianos, con el objeto de captar el teman del que debatían. 

Predispuestos como estaban estos policías a encontrar elementos disidentes entre el grupo de poetas, entendieron que el anagrama OPI ("Oficina Poética Internacional") significaba "Oficina Política Internacional" y pronto estos policías acabaron "fichando" a los poetas como comunistas. Erraron casi al ciento por ciento, porque es verdad que había uno: Vicente Cazcarra. Quizás lo fuera también, aunque bastante más tarde, José Antonio Rey del Corral. Sin embargo, algunos de los poetas del "Niké" (el propio Blancas) llegarían a sufrir las consecuencias de la errónea catalogación policial. Cuando fue detenido Santiago carrillo en España, poco antes de la legalización del PCE, apareció en la prensa una relación de nombres: "los intelectuales zaragozanos piden la libertad de Carrillo". Benedicto Lorenzo de blancas, que figuraba en la misma, vio frustrada por ese motivo la posibilidad de obtener una plaza de Jefe de Departamento en el organismo al que pertenecía.

No obstante, la propia administración española de la transición no se dejó cegar por el sectarismo, y supo reconocer la talla humana y profesional de nuestro poeta, quien siendo Jefe Administrativo de Farmacia en Zaragoza durante cinco años, hasta su jubilación en 1980, situó a Zaragoza, (siendo la quinta del país por número de habitantes) en el puesto número 37 de gasto nacional en productos farmacéuticos. Esta capacidad gestora, no pasó inadvertida a la administración, que propuso el ascenso de Benedicto Lorenzo (a su elección) bien como interventor territorial del INSALUD, bien como director regional del INSERSO. Sin embargo, para entonces Benedicto Lorenzo de Blancas ya había tomado la decisión de acceder a la jubilación y dedicar el, hasta entonces escaso, tiempo libre de que había dispuesto, a su familia.

Novelera opción.

Poetas del grupo del "Niké" se consolidaron como de los más importantes del panorama nacional, a la vez que cada uno de ellos fraguaba su personalidad individual. Con el tiempo, entre todos ellos, han dado a luz más de 100 libros. Blancas no ha publicado mucho, y ello porque prefirió dedicar su mayor preocupación y atención a sus hijos. De modo que acertó Manuel Pinillos cuando, al hacer la crítica a uno de sus libros, afirmaba: "Blancas este de fino sentir y de habla pausada meditada. Su dedicación a la poesía es honda y muy mantenida, aunque por circunstancias, de raíz noble, no haya publicado mucho". Y es que como persona buena, en el más digno sentido machadiano, Benedicto Lorenzo de Blancas lo sacrificó todo por sacar adelante a sus cuatro hijos, y su dedicación no fue en vano. Todos ellos han culminado sus estudios en licenciaturas, en algunos doctorados y en algún máster. Y eso a pesar de que la Universidad de Zaragoza, al igual que otras instituciones, carecen de la sensibilidad precisa para percibir ciertas realidades. Ni siquiera percibió que, en algún tiempo –al menos en los tramos comunes- asistían a las clases del mismo curso un padre y dos hijos (Benedicto Lorenzo y sus hijos Carlos e Ignacio) hecho único en la historia de la universidad cesaraugustana. Después, cada uno de ellos siguió sus respectivas especialidades: uno en la Sorbona de París, y los demás en la Universidad de Zaragoza. Por su parte, Benedicto Lorenzo, finalizados sus estudios en de Filosofía y Letras, en 1975, recibió la proposición, por parte de Vicente Blanco Gracia, entonces director del Departamento de Latín de la Universidad de Zaragoza, de quedarse en esta institución académica como profesor de esa especialidad. Y es que en esa promoción, él fue quien mereció la única matrícula de honor que se otorgó. Sin embargo, el escaso sueldo que entonces recibían los profesores no numerarios (14.000 pts. al mes) motivó que, finalmente, nuestro poeta desestimara esta propuesta, ya que en su puesto de funcionario de la administración cobraba más del doble de ese sueldo (30.000 pts. al mes) unos ingresos que se hacían del todo necesarios para mantener a su familia, que entonces constaba de ocho personas.

Daisy Aldan y el Niké.

Una de las aportaciones más interesantes de Benedicto Lorenzo de Blancas al Grupo de Poetas del Niké, fue la introducción de Daisy Aldan en su ámbito, quien posteriormente llegaría a ser nombrada, por Miguel Labordeta, delegada de la OPI en Nueva York. En el número 4 de la revista Despacho literario, aparece un poema de Daisy, en el que subraya: "delegada de la OPI en Nueva York". También Guillermo Gúdel incluyó alguna de sus composiciones en la revista "Poemas".

Blancas conoció Daisy en uno de sus veraneos en la Playa Larga de Tarragona, en agosto de 1961. Daisy Aldan iba acompañada de una profesora francesa, que le servía de guía y de intérprete. Hablaban en francés y Blancas se percató de que estaban hablando de poesía. Sin pensarlo dos veces, se acercó a ellas y les dijo: "¿Aimez vous la poesíe? Oui, ¿et vous? –respondieron ellas- Moi aussi, moi même, je suis poète". Este escueto el diálogo fue el que dio pie a un intercambio posterior de experiencias y entrega mutua de direcciones, con la firme promesa de entablar una colaboración literaria que habría de durar muchos años. Así comenzó la relación de Daisy Aldan con el Grupo de Poetas del Niké, y como la OPI zaragozana, se convirtió, verdaderamente, en Oficina Poética Internacional. La escritora era a su vez profesora de literatura de la universidad de Nueva York, además de directora de la editorial "Folder Editions", y editora americana de Two Cities que se publicaba en París.

En una de sus frecuentes comunicaciones epistolares, un día Daisy le transmitió a Blancas la decisión de un amigo suyo editor, que estaba dispuesto a publicar una "Antología de poetas españoles", en edición bilingüe. Así que ambos se pusieron manos a la obra para avanzar en el proyecto. En ella iban a estar incluidos los Aleixandre, Gabriel Celaya, José Hierro... con inclusión de algunos poetas aragoneses del grupo del Niké: Labordeta, Pinillos, Salas y Blancas. Los poemas de todos estos autores, según le iban llegando, iban siendo traducidos por la escritora estadounidense. No obstante, el proyecto no llegó finalmente a concluirse, debido a que Blancas carecía de tiempo suficiente, entregado a un riguroso pluriempleo para poder sostener una familia de ocho personas, con sus cuatro hijos en periodo de estudios, y él mismo, entregado a sus estudios de Filosofía y Letras, a la vez que atendía a su trabajo profesional. Pero a pesar de ello, la obra, una vez recogida y estudiada en Nueva York, llegó a obtener un premio el manuscrito, y el mismo sirvió para realizar un ciclo de lecturas que Daisy y otros poetas (entre ellas la novelista Anaís Nin –hija del pianista y compositor Juan Nin-, Tana de Gámez y las profesoras de español Sondra Eissemberg y Roberta Gould) impartieron, leyendo los versos enviados por Blancas. Estos recitales tuvieron lugar en las ciudades de Nueva York, Los Ángeles y San Francisco, así como en universidades de otras capitales. Fueron actos de los que el público tuvo la posibilidad de escuchar poesía española, en general, por vez primera.

Benedicto Lorenzo de blancas posee, en exclusivo documento sonoro, copias en cinta magnetofónica de estos recitales, que le fueron enviadas en su día por la propia Daisy Aldan.

Uno de los grandes.

Tras todo lo expuesto en estas páginas de Xiloca, queda constatado que Benedicto Lorenzo de Blancas ocupa, desde hace tiempo, un puesto destacado, no sólo en la poesía aragonesa, sino también entre los poetas españoles. Él fue el gran motor en la sombra de esa gran "armada cultural" que durante la década de los sesenta fue el "Grupo de Poetas del Niké", del que Miguel Labordeta fue su "buque insignia". Entre blancas y él hubo siempre una gran amistad y una buena química y ambos, siempre, hasta la desaparición de Miguel, se intercambiaron sinceras pruebas de aprecio y afecto.

Benedicto Lorenzo de Blancas, que define su poesía como realista y sincera, piensa que el poeta, para serlo de verdad, debe estar imbuido de un espíritu especialmente sensible, y sentir la necesidad de expresarse y expresar algo con una dicción selecta y cuidada. Piensa que todo buen poeta (y escritor en general) debe tener su estilo propio para comunicar, su forma especial de contar las cosas, que en definitiva, es lo que marcará su identidad y diferencia respecto a los demás.

La poesía de Benedicto Lorenzo se caracteriza porque es inteligible y precisa. A este respecto afirma: "pienso que las palabras son esenciales porque tienen entidad y sustancia; por ello, no pongo nunca en mis versos una palabra inútil, de más; yo no quiero llenar mis versos de hojarasca, sino que quiero que sean frutos maduros y jugosos ".

Leer y escucharle recitar sus poemas, es adivinar al instante, entre la acompasada rima, el sentimiento que inspira la poesía de su instante y el mensaje que desea transmitir. Uno se alegra, al leer a Benedicto Lorenzo de Blancas, de constatar que la sencillez –más difícil que la recurrente abstracción- sigue formando parte sustancial del arte, y que la poesía sigue siendo ese gran espacio de encuentro del hombre con sus raíces más profundas, de donde toma fuerza para su proyección de futuro. Ahí radica la filosofía poética de su obra.

Nota 1. Carlos, que hizo su especialidad de Filosofía en la Sorbona, es profesor de Filosofía en el Instituto Goya de Zaragoza. También fue profesor contratado en la Universidad de Zaragoza, en la que estudió y se doctoró. Entre sus libros figuran títulos como Marxismo y liberación de la mujer, El pensamiento de Cajal, Diccionario de Filosofía e Historia narrada de la Filosofía Aragonesa. Además de Carlos, también sus hermanos han triunfado los campos de sus especialidades: Ignacio Lorenzo (Licenciado en Historia y Doctor en Paleontología) se ha confirmado como uno de los significados paleo-antropólogos de España, y en la actualidad es el presidente del Colegio de Arqueólogos de Aragón. El otro hermano, Miguel Lorenzo, es profesor de Educación Física y médico; y la menor, María Pilar Lorenzo, es licenciada en Historia del Arte.

Nota 2. El turolense José Antonio Maenza (él cambió su nombre por el de Antonio para no ser identificado con el del dictador José Antonio Primo de Rivera) nació en la ciudad de Teruel en 1948, en la que también murió, en extrañas circunstancias, a los 31 años de edad. Considerado como uno de los exponentes más radicales de la cultura contestataria de los años 60, destaca su faceta como director de cine, siendo sus películas unas obras en las que aúna vanguardia y espíritu revolucionario. De este modo, son constantes en su obra escrita y cinematográfica las referencias a la Cuba revolucionaria de Castro, al comunismo de Mao, la figura mítica del Che Guevara, las protestas contra la guerra de Vietnam y la adhesión al mítico “Mayo del 68”. De sus tres películas: Orfeo filmando en el campo de batalla, Hortensia / Béance y El lobby contra el cordero, destaca esta última. Filmada en blanco y negro y color entre los años 1967 y 1968, entre los intérpretes figuran los antes citados poetas: Fernando Villacampa, Miguel Labordeta, Ignacio Prat, además de los ahora profesores de universidad Aurora Egido y Eloy Fernández Clemente.

LA MAGIA EN LA PALABRA por Luis Negro Marco

¿Qué es poesía? Es arte y manifestación de la belleza. Es inspiración. Es semejante a la pintura, por los adornos que añade a la realidad. Es música por el ritmo de su composición. Es magia porque seduce y despierta pasiones. Es testimonio de vida.

Benedicto Lorenzo de Blancas (conocido por "Blancas" en el "Niké"), acaba de publicar un poemario hermoso, conciso, irrepetible. La presentación en Zaragoza, se celebró a finales de junio en las dependencias de la Biblioteca de Aragón. Brillante, acertadísima, corrió por cuenta de José Luis Calvo Carilla. El profesor de la Universidad de Zaragoza se refirió a Blancas como "hombre sencillo, afable, generoso y dialogante. Una persona que siempre ha demostrado una gran fe en la poesía y en los poetas".

Poeta y filólogo, Benedicto Lorenzo fue el historiador oficial del grupo de poetas e intelectuales aragoneses del "Niké" que, durante las décadas de los 50 y los 70, se reunían en un bar de la calle Requeté Aragonés (o y denominada -merced a ironías o chulería es de políticos irreflexivos- Cinco de marzo) del que tomaron su nombre.

Gracianamente grave.

A juicio de Calvo Carilla, Blancas es un poeta que ha huido siempre de la búsqueda del halago y las alabanzas. hombre bueno, el estricto sentido machadiano de la palabra, convirtió la verdad en la norma esencial de su vida y la felicidad en meta ideal para alcanzar. Su poesía -pura vida destilada en el alambique de la palabra- se convierte en sutil y elegante martillo aldaboneando las conciencias de las personas. un poeta social, y por tanto comprometido con los problemas de su tiempo, Blancas nunca escurrió el bulto, ni siquiera de los peores momentos. Participó en recitales y homenajes de apoyo a pueblos y personas oprimidas, comprometió su persona y aún su carrera en defensa ante las libertades, pero nunca hizo daño a nadie ni pasó factura por sus desvelos, siempre en desinteresados, en favor de un aragonés sismo obstinadamente presente en sus versos.

Ildefonso Manuel Gil, gran amigo de Blancas, lo definió así: "Poeta de creación siempre densa, profunda, gracianamente grave, buscando siempre pulsar las fibras más sensibles del ser humano. Sus versos, ramalazos de viento que protestan cuando los poderosos mancillan la sencillez de la vida".

Por su parte, Calvo Carilla opina que Blancas es un poeta de estilo conceptista y metafísico al estilo de Quevedo o de Pedro Salinas. Además, su poesía manifiesta una amplia gama de registros, todos dentro del ámbito humano, que vivifican y fortalecen su contenido.

El último caballero.

La brillante presentación realizada por José Luis Calvo Carilla, tuvo un emotivo episodio cuando el profesor definió a Blancas como un poeta provenzal. Y razón no le falta pues, cual Quijote, el poeta turolense a todo renunció (honores y cargos) para ser simplemente un poeta que da testimonio de vida. Cabalga a lomos de un ideal, y aunque su propósito no es desfacer entuertos, de su poesía mana compromiso social a borbotones. Sus amores no llevan el nombre de Dulcinea sino el de Blanca (pues así se llama su mujer y Blancas es el nombre de su pueblo natal).

Pero además de caballero en el campo de las letras, Benedicto lo es en el de las relaciones humanas, siendo, al igual que su poesía, una persona noble y bondadosa.

Senderos de verdad.

Testimonio es un poemario original y diferente a la anterior obra de Benedicto Lorenzo; estamos ante un interesante ejercicio de reflexión sobre el ser humano esbozado a través de mágicas palabras. Porque ¿qué es un poeta sino un mago de las palabras, aquel que ordena en sabia conjunción los signos silábicos, desentrañando los símbolos que rigen la vida del hombre? Sus versos, al igual que senderos de verdad, se adentran en lo más íntimo del alma humana, e indagan el otro lado del espejo, aquél que, sin detenerse en lo más cotidiano y superficial, refleja el verdadero rostro del ser, aquél que, tristemente, muchas personas mueren sin haber llegado a conocer.

La poesía de Blancas es conocimiento y verdad, pero la verdad deviene distinta según cada cual. La poesía, como la vida, sólo acaba cuando es digerida por la persona, y la poesía de Blancas es ante todo idea sugerida, nunca imposición ni radical actitud existencial, pues posiciones extremas no son sino rígidas e inflexibles líneas rectas que alargan el sufrimiento, sortean los caminos de la verdad y acortan los de la felicidad.

Retratos de antaño.

Testimonio representa un sentido homenaje a hombres ejemplares, todos ellos aragoneses contemporáneos ilustres, como Ildefonso Manuel Gil, José Antonio y Miguel Labordeta, Lázaro Carreter, Manuel Alvar o Laín Entralgo. Son modelos propuestos por el autor frente a los otros: los santones, y "parvenus" que no provocan sino desencanto. El futuro no es liquidación del pasado, como pretenden los "progres" sino continuación gallarda de los más nobles sentimientos que generó. Cada vez es más difícil encontrarlos. Testimonio es la linterna que los rescata de la oscuridad posmoderna y los refleja en el imaginario espejo del alma humana. Ante este escaparate de virtudes, caben dos opciones: ¿aceptamos el reto de la verdad o preferimos mirar para otro lado y no pensar en lo que deberíamos ser? ¿Asumimos el reto de ser personas o nos basta con sobrevivir?.

Por lo demás, Testimonio es una brillante síntesis de Aragón y del aragonesismo más reciente, un reto para la conciencia de los lectores. Pues la poesía de Benedicto de Blancas no pretende la paz (léase la paz en el sentido siguiente: "usted no se preocupe de nada, viva y sea feliz") sino la guerra (léase en este caso la guerra en el sentido siguiente: la felicidad sólo es equiparable a la desolación que seamos capaces de superar). Testimonio final: la sabiduría no es sinónimo de seguridad sino de entropía.